Aníbal quere encoller

Aníbal tiene una manía: quiere penetrar en el interior de la tierra para saber cómo es por dentro y descubrir todos los secretos que guarda. Pero para penetrar en la tierra hay que ser pequeño como un ratón. De modo que Aníbal decide encoger todo lo que pueda. De este modo, el niño ponen en práctica todo cuanto método se le ocurre para conseguirlo, desde introducirse dentro de una lavadora, hacerse topo o dejar de comer, provocando la desesperación de sus padres y la infinita curiosidad de su profesora, la señorita Franganillo. La delirante cadena de situaciones vividas por Aníbal está contada con un lenguaje lleno de ironía y humor, un humor que acaba por convertirse en el auténtico protagonista de este divertido libro.

Las ilustraciones a la tinta de Ramón Trigo trasladan el universo humorístico e ingenuo del personaje y las situaciones en las que se ve envuelto.

"Conocemos en esta obra de Oli (Xosé Manuel González, Cangas del Morrazo, 1960), ilustrada por Ramón Trigo (Vigo, 1965), la manía de un niño llamado Aníbal por encoger para penetrar en la tierra y ver qué se esconde dentro de ella. Son muchos los experimentos que realiza, desde meterse en la lavadora para ver si encoge hasta acudir a un curandero, pero estas tentativas salen mal, al igual que las que vendrán después. Uno de los últimos recursos que emplea es dejar de comer, pero a pesar de sentirse mal y desesperanzado, ve como cada vez crece más. Finalmente, cuando su madre cocina su plato favorito no puede dejar de comer, aunque tampoco deja de aprovechar cualquier ocasión para introducirse en diferentes lugares o cosas con el afán de ser más pequeño. Pasado un tiempo, esta manía quedará atrás, sustituida por la elaboración de un terrario en el que observar qué hacen animaliños como las hormigas o los vermes que viven dentro de la tierra, ya que nada puede hacer contra lo hecho de crecer."
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